sábado, 30 de enero de 2010

Teletérminos, cibertemas



Hace unos años anoté que las palabras de éxito en Internet eran "sexo", "gratis", "dinero" y "salud". Seguramente las primeras se escribieran juntas muchas veces; contradictoriamente juntas, porque el sexo nunca sale gratis, ni siquiera cuando no cuesta dinero. Desde luego, no hay ninguna duda sobre la importancia de un término como "salud", la salud es buen y necesario cimiento del resto de los bienes. Sin salud, ¿para qué quieres el dinero? Y es muy difícil que el sexo sea accesible, apetecible o gratificante sin salud. Habrá quien se sorprenda por la falta de idealismo de las masas internautas, por su hedonismo grosero... Tendrían que buscar "amor", "paz", "trabajo", "sincera amistad", "virtud" o "justicia"... ¡Esas deberían ser las palabras más buscadas en Internet! Según un estudio reciente, se impone el prosaísmo tecnológico con palabras como: "motor", "mp3", "software"... Eso sí, el personal es muy musiquero (prefiero no decir "melómano", término demasiado fino para los gustos del gran público) y se ha empeñado en piratear "música gratis" por la red de redes (Totus tela terrae). Tengo amigos que pueden pagar la música con creces, pero disfrutan con el hurto electrónico. Como pasa con la tele, el "medio es el mensaje", o el masaje, o sea, que Internet acaba hablando de sí misma, la temática "informática e internet" acapara el 18% de las búsquedas. También se refiere mucho a la tele, con la que compite y se alía, según. Los Media son tan narcisistas como el tipo de público que los frecuenta, igual de voraces. Pero tbn. el teatro acaba hablando de sí mismo y la novela de la novela, cuando quienes cultivan ambos géneros se quedan sin ideales y sin ideas, incapaces de buscar fuera de sí lo que les falta, incapaces de aceptar su propia menesterosidad, entonces se aburren mirándose el ombligo... En su blog, Román Cortés ofrece generosamente el resultado de su análisis de más de 200.000 webs sobre las palabras más frecuentes, en formato comprimido zip, por si alguien quiere estudiarlas... Estas palabras tienen una gran importancia para los anunciantes, pues las empresas publicitarias compran a google o a otros buscadores (¿quedan otros buscadores?) "palabras clave" para salir junto a los resultados de búsqueda de las mismas. Según noticias.com, las palabras más buscadas en la red son: "sex", "porn" y "pussy". ¡La jodienda, que no tiene enmienda! En definitiva, la gente aprende a usar el nuevo medio como los niños aprendimos a usar el diccionario: buscando "puta", "teta" ("tits", "boobs"), "culo"... En español, los términos sexuales ocupan más de la mitad de las búsquedas (56%), seguidos por los términos de la Internet (16,58%) y, ¡sorpresa!, los nombres de "famosos". A nosotros eso no nos extraña: la fama es la hermana puta de la gloria, y la e-plaza es pública. Como la miramos a cubierto, desde los soportales, muchos buscamos en ella el tiempo que va a hacer, así que las pgs. de meteorología acaparan mucha publicidad. Don't worry, be happy now! Hay motivos para la sonrisa, o mejor, búsquedas para mondarse de risa, el cuarto tema principal en los buscadores de Internet es el humor (3,77%). Eso está bien. El humor prueba inteligencia, digo el humor, no la "sal gorda". A juzgar por la preferencias del público, en general, la gente prefiere hoy viajar a conservar la salud, o tal vez eso sea sólo pq. quienes usan internet no pueden estar a la vez postrados en el lecho del dolor. El "hentai" (manga sexual o pornográfico) gana posiciones y, por supuesto, otro tema estrella son los juegos... Lo que quieren las masas infantilizadas por el marketing es estar siempre jugando. En el telecomercio, es verdad, una de las palabras más usadas es "libros". Así que ¡siempre quedan motivos para la esperanza! Salvo que los libros los escriban ya los "famosos" o traten de las peripecias sexuales de los "famosos".

lunes, 25 de enero de 2010

Violencia de genero... ambiguo

Tres casos en una semana de violencia de género contra hombres en la provincia.
Mujeres de armas tomar! podría pensarse. Aunque quizá la cuestión esté en que consiste realmente la "violencia de género". Algo que no termino de entender.
Obviamente cualquier persona sensata rechazará el ataque de un hombre hacia una mujer, como repugna el ataque de un ser más fuerte a otro más débil. Es el uso de la fuerza bruta y nuestra empatía con el más débil, que no por ello deja de ser humano e incluso tener razón en sus hechos, lo que nos resulta intolerable.
Pero... ¿que pasaría si nos fijáramos, por ejemplo, en la violencia soterrada de quién tiene poder y lo ejerce para sus fines, aunque lo haga con buenas maneras y una sonrisa? ¿O el ser aparentemente más débil, en tanto perdería una confrontación cuerpo-a-cuerpo, pero que tiene una lengua directamente conectada con un cerebro más hábil y perverso?
Esto de dar nombres es muy útil, pero siempre implican una trampa. La trampa "nominalista", o sea el creer que el nombre indica todo lo que hay que saber para juzgar adecuadamente.

Los penes que se acortan

En este estudio se analiza el fenómeno de que las creencias matan, o perjudican gravemente la salud. La lectura de tales investigaciones suele suscitar un asentimiento general que va acompañado, presumo, de una sensación también generalizada "¡ésto a mi no me pasará!".
Quizá sea un ejemplo del fenómeno contemporáneo dónde la abundante información ni nos hace más sabios ni nos protege de futuras desdichas.
¿Por qué esa convicción de invulnerabilidad? Aunque la cosa se complica cuando advertimos que simultáneamente somos presas de multitud de ansiedades cuya probabilidad de ocurrencia es menos que micro mínima. O al contrario, somos capaces de llenar los bolsillos de las Loterías nacionales o locales aportando nuestra cuota de ilusión improbable.
Todo ello deja en el que reflexiona un regusto extraño; como alguien que se está olvidando de una cuestión importante, pero no puede recordar que era. El problema está en que resulta difícil expresarlo ya que las palabras que se usan para indicar esa cuestión están tan gastadas que hace rato han dejado de servir.