miércoles, 5 de mayo de 2010

Juntos, pero no revueltos

Me ha sorprendido gratamente la primorosa película de Claude Berri "Juntos, nada más". Estrenada en 2007 con el título original de Ensemble, c'est tou. Delicada, deliciosamente francesa, entrañablemente universal, claramente contemporánea; nada de esas sordideces y extravagancias con las que llama la atención cierto cine español; nada de esos "efectos especiales" con que embauca al espectador infantil el tecnocine usamericano.
No son necesarias las tres dimensiones; el corazón humano las posee infinitas, infinitos matices en espíritus animados, relaciones problemáticas, soluciones posibles y sencillas.
Cuatro personajes castigados por la vida acaban aprendiendo a convivir, acaban enseñándose a quererse hasta formar una especie insólita de familia reestructurada: la anoréxica Camille, el divertido mimo de Amélie (Audrey Tautou); Franck, un cocinero castigado por la vida y tierno, que se las da de duro; Philibert, un descendiente de la más rancia y católica aristocracia, enamorado del teatro y con problemas de tartamudez; y Paulette, la abuela de Franck, divertida y frágil.
El melodrama no empalaga, en absoluto; y prueba cómo se puede hacer un cine encantador y decente, entretenido y edificante, con mimbres sencillos: un lenguaje digno y actores excelentes.
La elección de la música resulta ecléctica y sabia, popular y clásica.
¡Plausible! (de plauso: aplaudo).