martes, 10 de agosto de 2010

Ocio y aburrimiento

Animalidades

Repasando antiguas notas de estudio, leo que el chimpancé dedica el 80 por ciento de su tiempo al ocio. Así que, si valoramos la excelencia de una vida por la cantidad de tiempo libre, no dedicado necesariamente a satisfacer las necesidades esenciales de alimentación, la vía evolutiva del chimpancé sería preferible a la del humano. Y sin duda lo es, al menos para él.

Y eso sin contar el tiempo que debemos dedicar a criar, alimentar y educar a los hijos para que, al fin, y no siempre se alcanza ese fin, puedan ganarse la vida por sí mismos y volar autónomos.

Pero los dioses hacen las cosas bien. Lo peor que le puede pasar a una criatura con tanta propensión a disfrutar viendo cómo sufren las demás, sobre todo si son de su propia especie, es contar con demasiado tiempo libre. Todas esas utopías que imaginan un futuro feliz en el que los seres humanos apenas trabajan y dedican la mayor parte de sus días a formarse y ampliar sus horizontes de crecimiento mental y espiritual aciertan sólo si se refieren a seres humanos que todavía no existen, ideales.

La mayoría de los seres humanos reales no sabrían qué hacer con el tiempo libre, y acabarían matándolo a base de chupitos y polvorones, con graves consecuencias para su salud. Como afirma el ingenioso filósofo ubedí Manuel Fernández de Liencres "todos los conflictos provocados por el Hombre se deben al aburrimiento. No hay nada más peligroso que una criatura aburrida". Tal vez exagera. Pero Séneca también decía que el ocio sin las letras (el cultivo de las humanidades) es la ruina del ser humano.

Claro que nosotros tenemos la televisión, pero está por ver que la tele cultive las humanidades, yo creo que más bien cultiva las animalidades.