Casas del planeta Espolón |
Los habitantes del planeta Espolón tenían ojos de lechuza y
boca de piñón, carecían de nariz y, en lugar de oídos, portaban antenas como ciertos
centauros cuernos, apéndices geniculados capaces de cambiar de color con su
actividad. Dichas antenas lo mismo les servían para oler o sentir que para
hablar, dar órdenes y representar su mundo.
En cierto sentido pudiera decirse que también los
espoloniatas “hablaban por los codos”, pero esos codos eran los de sus antenas
geniculadas. Como los humanos, tenían cuatro extremidades, dos delanteras y dos
traseras, pero caminaban erguidos apoyándose en una quinta a modo de gruesa cola.
Por la boca se alimentaban con dientecillos y una mandíbula cortante y un tanto
siniestra, pero tal abertura o vesícula con raras glándulas íntimas también les
servía para otras extrañas y específicas prácticas relativas a su extraño proceso de reproducción.