martes, 28 de noviembre de 2017

EMBLEMAS DE ARAGÓN Y CATALUÑA




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En heráldica este emblema se define como cuatro palos de gules en campo de oro.

Cómo casi todo el mundo reconoce, la bandera de la comunidad catalana procede del Reino de Aragón, más concretamente de su emblema o escudo medieval. Marcia Gabriela Spadaro, una corresponsal argentina a la que interrogué hace años por la gente de mi apellido que fue a la Argentina in illo tempore, me regaló esta curiosa crónica sobre el origen del escudo del Reino de Aragón, al que perteneció el Condado de Barcelona desde antiguo. La he arreglado y actualizado un poco para ofrecerla aquí al público curioso.


Origen de las cuatro barras del escudo del reino de Aragón

En la batalla de Alcoraz, ganada el 25 de Noviembre de 1096 por el rey Don Pedro I de Aragón, murieron (según dice la historia) cerca de 40.000 musulmanes, hallándose entre ellos cuatro que ostentaban sobre sus cabezas coronas reales. El monarca aragonés, para conmemorar el triunfo de la huestes cristianas y para rendir al mismo tiempo piadoso homenaje de gratitud al Señor San Jorge, por la valiosa protección y amparo que le dispensó en la batalla, adoptó como divisa en su escudo una cruz de gules (semejante a la que aquel Santo llevaba sobre su corazón el día del memorable combate), cantonada por las cuatro cabezas coronadas de aquellos príncipes moros.


Igualmente fueron hallados en el campo de batalla cinco cetros o bastones, distintivos de la más elevada jerarquía, siendo conjetura fundada que cuatro de estos pertenecían a los príncipes mencionados y el restante a algún magnate de igual alcurnia, cuyo cadáver sería confundido entre la multitud de los musulmanes que perecieron.

Consideró el rey Don Pedro de tal valía el hallazgo de los cinco cetros o bastones, que en unión con el cuartel la cruz de San Jorge, los adoptó también en su escudo, como imperecedero recuerdo de tan brillante victoria. De esta época, así como de la batalla referida, procede que los Reyes de Aragón usen en su escudos las cuatro barras, digo cuatro y no cinco, porque solamente  brillaron las últimas en el escudo de Aragón durante el último periodo del reinado de D. Pedro y en el principio del de su hermano D. Alfonso. Motivado esto por un suceso que paso a reseñar.

Ocurrió que siendo rey de Aragón Alfonso el Batallador visitó el sepulcro del apóstol Santiago en Compostela, acompañando a su esposa Doña Urraca de Castilla. Esta salió un día de paseo sin más escolta que alguna de sus damas, lo que visto por una partida de moros que merodeaban por las cercanías de la ciudad, les dio ocasión para aprisionar a la reina y sus damas. Mas apercibido de esto un rico-hombre gallego, D. Iñigo Iñiguez de Biedma, partió con su mesnada en persecución de la partida, a la que una vez que le dio alcance derrotó, libertando a la reina y a su comitiva.

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El rey trató de recompensar espléndidamente tan señalado servicio prestado por el señor de Biedma, mas éste se negó a aceptar merced alguna, alegando ser suficientemente rico y noble para desear nada. El rey insistió en otorgar alguna distinción al caballero, y entonces D. Iñigo, para no ser tachado de descortés por D. Alfonso, le pidió para su escudo una de las cinco barras que en el de Aragón se ostentaban, la que en el acto le fue concedida.

Pasado algún tiempo de este hecho, se hallaba el señor de Biedma presenciando un torneo que presidía el rey Alfonso, y vio con sorpresa que en el estandarte de Aragón lucían las cinco barras de gules en campo de oro. Inmediatamente se presentó ante el rey, al que dijo :

"Señor, nos os pedí un nuevo cuartel para mi blasón, pues sobrados timbres poseo; lo que os demandé, y otorgasteis, fue una de las cinco barras de vuestro escudo, pero al ver que seguís ostentando las cinco, yo os devuelvo la que me entregasteis". 

Oído por D. Alfonso lo expuesto, levándose de su sitial, pidió su estandarte y una espada, con ella cortó una barra de su escudo, entregándosela a D. Iñigo al que dijo :

"Vuestra es, jamás volverá a brillar en mis armas".  

De este hecho, arranca que Aragón use los cuatro cetros en su escudo, y Cataluña en su bandera (senyera).

Nota bene:

Otras leyendas alternativas, aunque más dudosas, en el blog Historiantes.