martes, 22 de mayo de 2018

TODOS BASTARDOS



Cuenta el señor de Nancy al sochantre de Cunqueiro que su madre, tras estériles y fracasados amores, acabó de pupila en un tapadillo explotado por un peinador marsellés de orientación ambigua. Nunca supo el señor de Nancy con seguridad quien fecundó esas entrañas, pero su madre, aunque no tenía por entonces cortejo fijo, insistió en que debía de ser engendro de un tabernero, pues desde la noche en que le alivió, le habían dado sofocos vespertinos con mareos, señal segura -entendía ella- de que la había dejado preñada y bien preñada, de una sola vez.