miércoles, 1 de junio de 2016

VIRIATO




A la estatua de Viriato en Zamora la llama la Wikipedia "estatua erecta", seguramente sin malicia alguna. Es obra del maestro Eduardo Barrón, zamorano. La pieza fue fundida en unos talleres del Vaticano en 1883. Ganó una medalla de plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1884. La original es propiedad del Museo del Prado.

'Terror romanorum' dice la leyenda del pedestal granítico, "terror de los romanos". La frase se atribuye al historiador Paulo Orosio. La verja que protege la escultura simboliza las ocho victorias del pastor lusitano contra los cónsules latinos.


España ha tenido magníficos guionistas, dibujantes e ilustradores, pero no hemos contado con un Goscinny y un Uderzo (guionista y dibujante de las aventuras de Astérix y Obélix) que popularicen y den realce gráfico, mediante historietas cómicas, al mito de Viriato, héroe de la resistencia ibérica contra el imperialismo romano allá por el siglo II a. C. Este caudillo tribal no debía su liderato a ninguna herencia familiar, sino a su autoridad como guerrero, a su carisma, su oratoria, y a su maestría en la táctica de guerrillas. Emboscaba a los ejércitos romanos en lugares abruptos, atacaba de noche, conocía los mejores caminos para moverse rápidamente a caballo o fingir la huida, pactaba la paz cuando hacía falta...

El historiador romano Apiano relata sus hechos. Diodoro de Sicilia idealiza su figura, que llegará a ser paradigma del "buen salvaje": generoso, austero, frugal, no corrompido por el lujo o la civilización. Otros autores romanos se refieren a él como el dux del ejército lusitano y como el adsertor (protector) de Hispania, o como un imperator (conductor) de las tribus lusitanas y celtíberas. Apiano lo describe como el más justo a la hora de repartir el botín y el más resuelto a la hora del peligro. Y el poeta Lucilio lo consideró como "el Aníbal bárbaro".

Dicen que Viriato dormía con la armadura puesta, y que por eso sus asesinos, los ursaonenses Audax, Ditalcos y Minuros, cuyo nombre memorizaban antes los párvulos, tuvieron que matarle clavándole un puñal en la garganta. Esto sucedió hacia el 139-138 a. C. Quinto Servilio Cepión, el general romano que les prometió grandes riquezas a los sicarios por su crimen, los recibió luego con las famosas palabras 'Roma traditoribus non praemiat': "Roma no paga a traidores". Hay quien afirma que esta leyenda fue inventada por los romanos para ocultar su deshonrosa manera de acabar con Viriato, al que no pudieron vencer en el campo de batalla.

El caso es que a su muerte se le rindieron grandes honores. Y Taútalo y otros sucesores mantuvieron en jaque a los romanos en la península hasta los tiempos de Augusto.

Alfonso X el Sabio lo cita en su Estoria de España (hacia 1270). Por desgracia el franquismo usará su figura legendaria para adoctrinar en valores nacionalistas, intentando asimilarla a la del dictador. En las fuentes españolas del humanismo más bien es un modelo de individuo humilde que asciende por sus propios méritos en sociedad, capaz de sumar la justa lucha por la libertad de pueblos vecinos y diversos. Fernando Pessoa dedicó en la década de 1930 un poema de su libro Mensagem al guerrillero lusitano. 

El nombre de Viriato puede derivar de la palabra céltica "viña" o de la ibérica "viria", equivalentes al latino "Torquatus", y haría referencia a un adorno de los guerreros célticos. En el perfil de la estatua la empuñadura de la espada parece aludir a otros atributos, más "viriles" que ornamentales, que fácilmente despiertan la pícara sonrisa de señoritas y señoras. No me extraña que el historiador Adolfo Schulten situara su refugio en el Monte de Afrodita (o de Venus, según Apiano), hoy Sierra de San Vicente, al sur del Sistema Central.