Jonás y la ballena en la antesacristía del Hospital de Santiago de Úbeda. Según Melchor Madrid Pinilla, los artistas Gabriel Rosales y Pedro de Raxis debieron de tomar como modelo la cabeza de una foca monje más que la de una ballena, animal que no habrían visto jamás. |
El
Libro de Jonás del Antiguo Testamento más que un libro
profético parece una leyenda fantástica, irónica y benevolente. Da la impresión
de que faltan partes. Los saltos son abruptos, como si se tratara del resumen
de un relato mayor y más antiguo. Los eruditos sitúan la composición de esta
obra hacia los siglos VI o V a. C., pero añaden que el “héroe” del libro debió
vivir en el VIII a. C. Cuenta la historia de un profeta desobediente. El pobre
Jonás no quiere cargar con el encarguito que le hace el Todopoderoso: convertir
a los de Nínive, antigua capital de Asiria en la orilla este del río Tígris, y
huye de su misión profética a Tarsis. Jonás no quiere ser profeta ni
arrastrado, ni cobrando por ello. Pero acontece que Yahveh sí quiere y nada escapa al poder y la
ira de Yahveh, nada puede sustraerse a su voluntad impunemente...