miércoles, 8 de enero de 2020

JONÁS Y EL RICINO

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Jonás y la ballena en la antesacristía del Hospital de Santiago de Úbeda.
Según Melchor Madrid Pinilla, los artistas Gabriel Rosales y Pedro de Raxis
debieron de tomar como modelo la cabeza de una foca monje
más que la de una ballena, animal que no habrían visto jamás.

                                                              
El Libro de Jonás del Antiguo Testamento más que un libro profético parece una leyenda fantástica, irónica y benevolente. Da la impresión de que faltan partes. Los saltos son abruptos, como si se tratara del resumen de un relato mayor y más antiguo. Los eruditos sitúan la composición de esta obra hacia los siglos VI o V a. C., pero añaden que el “héroe” del libro debió vivir en el VIII a. C. Cuenta la historia de un profeta desobediente. El pobre Jonás no quiere cargar con el encarguito que le hace el Todopoderoso: convertir a los de Nínive, antigua capital de Asiria en la orilla este del río Tígris, y huye de su misión profética a Tarsis. Jonás no quiere ser profeta ni arrastrado, ni cobrando por ello. Pero acontece que Yahveh sí quiere y nada escapa al poder y la ira de Yahveh, nada puede sustraerse a su voluntad impunemente...