jueves, 11 de marzo de 2010

Joan Saura

Hay veces que uno no tiene humor. Por ejemplo cuesta apreciar con benevolencia las respuestas de los políticos frente a sus responsabilidades en episodios que afectan a toda la población. En Cataluña nos hemos quedado perplejos como, frente a una nevada anunciada, el gobierno autonómico se inclina de hombros para que las culpas se deslicen suavemente al servicio metereológico. El conseller Saura merece una entrada en este blog.