miércoles, 29 de noviembre de 2017

CUESTIÓN DE POSTURA

Lilith por Kenyon Cox

El mito de Lilith es probablemente de origen mesopotámico, sumerio, acadio, babilónico... En su exilio lo conocieron los judíos... El nombre de esta fantástica hembra solo aparece una vez en la Biblia.

Según una antigua tradición cabalística, la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith. Al contrario que Eva, formada de la costilla de Adán, Lilith fue creada de barro a la par que Adán. Pero Adán y Lilith nunca se llevaron bien, pues cuando Adán deseaba copular con Lilith, esta se ofendía por la postura que aquel le exigía:

- ¿Por qué he de acostarme debajo de ti? -preguntaba-, yo también fui hecha de polvo, y por lo tanto soy tu igual.


Como Adán tratase de obligarla, Lilith, enrabietada, pronunció el nombre secreto y mágico de Dios, se elevó por los aires y desapareció abandonándole.

Con ello voló lejos del Edén y fue a parar al mar Rojo, donde se entregó a la lujuria con numerosos demonios, dando a luz sin parar a los lilims, súcubos peludos, espíritus errantes, femeninos y vampíricos.

Tres ángeles intentaron regresarla al Paraíso, pero ella no quiso saber nada de volver con Adán. El cielo la castigó matando a cien de sus hijos por día. Desde entonces, Lilith intenta vengarse eliminando a los niños incircuncisos menores de ocho días.

El narrador italiano Primo Levi recrea el recuerdo ancestral del patrimonio de Lilith sobre el semen desperdiciado de los varones: "por eso está siempre preñada y no hace más que parir" (Lilit y otros relatos, Barcelona, 1989).