miércoles, 7 de abril de 2021

LA DUDA DE GARGANTÚA

 

Representación imaginaria de Babedec


Cuando Badebec falleció al dar a luz a Pantagruel, Gargantúa, marido de la primera y padre del segundo, cayó en dudas como el asno del Buridano. Al ver muerta a su querida esposa, que no pudo soportar el parto de hijo tan enorme, no sabía qué decir ni qué hacer: si debía llorar por el duelo de su mujer o reír por la alegría de su titánico y hermoso retoño peludo.

De uno y otro lado veía grandes argumentos sofísticos que le sofocaban, porque los hacía muy bien in modo et figura, pero no los podía resolver, pues no sólo eran argumentos lógicos, sino también enigmas del corazón y de sus dobleces o entretelas. Y digo del "corazón" ajustándome por tradición al compromiso injustificado de poetas y copleros, que sitúan los sentimientos, las emociones y las pasiones en ese músculo tonto, asociación precientífica e inexacta, porque hoy sabemos que las emociones, y los sentimientos y pasiones en que se resuelven o agigantan aquellas, son también cosa cerebral y neurológica, cuando no morbosamente neurótica.

El caso fue que Gargantúa sentía entre otros sentires que le confundían, que su buena mujer le faltaba, "y era la más aquí, la más allá que había en el mundo", ¡sin duda una pérdida inestimable! 

Según unos, Badebec es caricatura de Claudia de Francia, esposa de Francisco I; según otros, de Margarita de Navarra, reina de Navarra. La palabra significa "boca enorme". Hay artistas que se la emparejan también con sus napias haciendo trompa de estas.

Me ha dado alegría saber que existe una revista de estudios de teoría y crítica literaria que, asociada a la Universidad de Rosario (Argentina), lleva su nombre: BADEBEC, dirigida por María Fernanda Alle, y que va por el número diez. Admite colaboraciones, previo examen.