lunes, 25 de enero de 2010

Los penes que se acortan

En este estudio se analiza el fenómeno de que las creencias matan, o perjudican gravemente la salud. La lectura de tales investigaciones suele suscitar un asentimiento general que va acompañado, presumo, de una sensación también generalizada "¡ésto a mi no me pasará!".
Quizá sea un ejemplo del fenómeno contemporáneo dónde la abundante información ni nos hace más sabios ni nos protege de futuras desdichas.
¿Por qué esa convicción de invulnerabilidad? Aunque la cosa se complica cuando advertimos que simultáneamente somos presas de multitud de ansiedades cuya probabilidad de ocurrencia es menos que micro mínima. O al contrario, somos capaces de llenar los bolsillos de las Loterías nacionales o locales aportando nuestra cuota de ilusión improbable.
Todo ello deja en el que reflexiona un regusto extraño; como alguien que se está olvidando de una cuestión importante, pero no puede recordar que era. El problema está en que resulta difícil expresarlo ya que las palabras que se usan para indicar esa cuestión están tan gastadas que hace rato han dejado de servir.