domingo, 19 de diciembre de 2010

Juegos de palabras

Un viejo manual de Arte literario, que lleva por subtítulo Preceptiva literaria o Retórica y Poética, ¡todo en 67 páginas! y en el que no hay ni una palabra inútil (ya podían aprender nuestros escribientes), publicado en Valladolid, por Miñon S. A. (sic), sin que mi ejemplar diga cuándo, me ha venido siendo de gran utilidad en mi trabajo, a lo largo de los últimos veinte años.
Al hablar de las figuras de dicción o elegancias de lenguaje, Federico de Mendizábal, su autor, las divide en cuatro clases: elegancias por adición y por omisión, por repetición, por semejanza y de construcción.
Entre las de segunda clase está la reflexión (curioso uso de esta voz, que aquí alude más al espejo que al pensamiento) y que se verifica cuando las palabras de que constan los incisos de una cláusula o frase son las mismas cambiando el orden, el tiempo y aún el caso:
Ejemplo:
"Ni son todos los que están, ni están todos los que son"
A esta figura se le llama también retruécano y conmutación.
Estas y otras figuras han pertenecido en toda época al arte de la memoria y constituido interesantes ejercicios escolares. Como ambas cosas están en decadencia, los ejercicios de la memoria y el arte escolar (he aquí un bonito retruécano). Lo segundo, porque la insensatez de los psicopedagogos, escogidos en España -si no la totalidad, sí desde luego una masa significativa) por su incapacidad para estudiar otras disciplinas, han decretado para hacerse los importantes que la educación puede ser una técnología y una ciencia dura.
Con las cosas, todo se explica, pero con las personas, todo se complica. Y la educación complica a personas, y el vínculo personal siempre exige creación, o sea, tiene algo de poético y de artístico.
Volviendo al retruécano. En la Wikipedia se define como un quiasmo al que se le ha añadido también el cruce de las funciones sintácticas de los términos implicados, ¡toma ya!. Y aporta un ejemplo de Quevedo:
"hay muchos que siendo pobres merecen ser ricos, y en siendo ricos merecen ser pobres"
En este ejemplo, el quiasmo consiste en el intercambio de posición en el texto de "pobres" y "ricos", pero hablamos de retruécano porque las funciones sintácticas han sido cruzadas. Primero, el atributo de "ser" es "ricos"; y luego, "pobres".
En el viejo libro de Mendizábal tengo anotado un ejemplo, que releo mientras escucho con deleite los gorgoritos mozartianos de Danielle de Niese..., un ejemplo entre humorístico y blasfemo de retruécano, que ahora me pregunto si lo es de verdad:
"la primera fecundación in virgo trajo al mundo un bebé profeta"
Lo que sí hay son dos conmutaciones en analogía, dos sustituciones que juegan especularmente con el parecido fonético de las palabras ausentes y presentes. La de "in virgo" por la expresión elidida "in vitro", y la de "profeta" por "probeta".
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