Konrad Lorenz experimentando el troquelado de la conducta de los gansos |
Es un hecho que en los países musulmanes, como en el integrismo bíblico cristiano, las relaciones homosexuales, entre "sodomitas", se juzgan como una abominación contra natura. De nada sirve para la intransigencia del fanático probar que la homosexualidad se da espontánea también en otras especies o que como decía Antonio Machado "nadie elige sus amores". Amores censurados, prohibidos, perseguidos por los inquisidores de diestros o siniestros. Hoy todavía se ve como en el Irán teocrático y misógino cuelgan a los gayos de grúas para su ejecución pública y lapidan adúlteras. Tales políticas son más estúpidas por cuanto está probada la capacidad creadora y artística de gayos, bisexuales, sáficas, viragos, etc. Wilde, Lorca, Wittgenstein, Woolf (Orlando), por poner ejemplos clásicos y consagrados por su maestría literaria o filosófica...
A la vista del Nuevo Testamento, uno no sabe bien por qué razón teológica se exige el celibato de los curas o se prohíbe que las mujeres ejerzan como sacerdotisas cristianas. Me consta que en las iglesias husitas, en Praga, las mujeres ofician y cantan misas y dirigen parroquias. ¿En qué pasaje de los evangelios canónicos prohíbe Jesús el apostolado femenino o exige el celibato de sus seguidores y divulgadores de caritativa doctrina?
Y por analogía, ¿en qué pasaje de los evangelios marxistas se proscribe la homosexualidad? Y, no obstante, la alianza de los regímenes comunistas con el machismo más atrasado y brutal ha sido una constante en todas las regiones del planeta que han tenido la desgracia de ver triunfar esas revoluciones populacheras y violentas que empobrecen a todo el mundo menos a los mandamases del Partido Único. Esas revoluciones por la igualdad en cuyo nombre se cometen genocidios desigualitarios, esas "democracias populares" cuyas burocracias suprimen libertades y derechos individuales, acaban por convertirse en farsas sangrientas y hasta en monarquías hereditarias, como en Corea del Norte.
Al parecer, en la Cuba presente la homofobia ha dado paso a la homofilia y hoy el régimen apoya las operaciones de cambio de sexo y promueve los derechos de las minorías sexuales. La principal impulsora de este viraje es Mariela Castro Espín, hija del presidente Raúl Castro. Sin embargo, en la década de 1960, el Estado cubano hostigó a los homosexuales y los internó en campos de trabajo forzados. Hemos pasado de la homofobia a la homofilia, pero no nos engañemos, se trata de una estrategia wokista para seguir legitimando un régimen miserable que consiente el exilio económico de su población y el empobrecimiento del resto, sometido bajo una minoría de líderes que deben sus cargos a vínculos familiares, nepóticos y a servidumbres de lacayos turiferarios... Se trata de un ambicioso proceso de «transformismo» a través del cual el Estado concede derechos a sectores políticamente maltratados pero simbólicamente cargados de posmorderno valor, con el objetivo de sobrevivir a la actual crisis de legitimidad del régimen.