domingo, 7 de agosto de 2022

ESPACIO SEGURO

 

JBL, tinta y lápices, 2022

Cuando la doctora Azumi ("Espacio seguro" en japonés, ¡qué casualidades tan significadas!), de apellido Tanaguchi, vio que a corto plazo el planeta entero se volvía más feo y sucio, y definitivamente inhabitable, halló una solución singular: salvar un ecosistema enaneciéndolo para conservarlo en el interior de una damajuana esterilizada, diminuta y enterrada.

Ella y su novio Kagome también se enanecerían hasta medir unos cien nanómetros, ¡la mitad que la bacteria más pequeña del género Mycoplasma! Para ello construyó un Ensamblador capaz de reproducir una copia liliputiense de sí misma y otra de su novio a nanoescala, más diversos elementos de complejidad arbitraria con un nivel de control atómico.

Sabemos por Oliverio Excroto que Azumi y Kagome, "tejido en bambú", se reprodujeron dentro de su damajuana, porque Oliverio usó un microscopio de efecto túnel antes de espicharla intoxicado por el Gran Incendio. Dicho artefacto le permitía a Excroto ver hasta esas diminutas estructuras de carbono con forma de balón de fútbol llamadas fullerenos.

La vida de Azumi y "su chico" Kagome no fue fácil. Ambos se tenían mutuamente en el bote, pero en aquel mundo más pequeño que una gota de agua no valían las leyes de Newton, sino los efectos surrealistas de la mecánica cuántica. Por ejemplo, uno de sus nietos se daba una hostia contra un cedro (efecto) y luego tropezaba (causa), pero el porcino del nene perseveraba.

Uno no sabía allí si estaba muerta, viva o enterrada en gota de agua. Pero Azumi no se dejó llevar por el desespero ni caer en la depre. A fin de cuentas, el valor de una persona humana nunca se midió ni por su peso ni por su altura. ¡La salvación del género humano enanecido estaba en juego!