lunes, 11 de julio de 2022

FORMI-DABLE



Formi-dable, doña Hormiga. JBL 2022


Esta fue la jeta que se le quedó a DOÑA HORMIGA (para sus camaradas, Formi-dable) cuando se enteró de que la venerable fábula que la retrataba como diligente, y formidable trabajadora, había sido retirada de las bibliotecas públicas y cancelada en muchas plataformas digitales por imperativo de varios ministerios, ¡entre ellos el de educación!, pues la pedagogía del esfuerzo se consideraba obsoleta y elitista. Los chicos, chicas y chiques saltarían cursos construyendo por gusto y con sumo placer su currículum propio: diverso, abierto y flexible.

Formi-dable pensó en dejarse morir, inapetente, cuando además fue informada de que la CIGARRA no la había palmado en invierno (¡ya le extrañó que no fuera a mendigarle víveres de su despensa!). La aragana había subsistido gracias a una subvención estatal y a una ley antiespecista recién promulgada. Una parte importante del granero del hormiguero había sido expropiada con el fin de sufragar la sopa boba de las pobrecillas cigarras.

Melancólica con aquel saqueo, que por supuesto también puso de las antenas a todas sus laboriosas compañeras, pensó doña Hormiga en hacerse artista, pero estaba demasiado enviciada en eso de explorar, recoger y transportar. La voz le salía ronca y con la sequía ¡no estaba ella para danzas! Dar la nota durante todo el verano es fácil, pero ser artista de verdad también requiere aplicación, constancia y esfuerzo.

Viendo cómo desde la rama alta de una encina la cigarra se mofaba de su labor cantándole "¡vive al día!, ¡vive al día!", Formi-dable se dejó caer agotada y a su lado rodó suelto el trozo de gusano que transportaba. "¡Trabajo ingrato!", dicen que exclamó.

El inclemente sol de agosto hizo el resto causándole un tabardillo letal, y poco antes del crepúsculo, mientras la cigarra aún repetía "¡vive al día!, ¡vive al día!", entregó a Dios su alma desilusionada.

Descanse en paz doña Hormiga.