sábado, 30 de julio de 2022

ONEIROCRITICÓN DE ACHMET

Analista de sueños. Kako y JBL, técnica mixta, julio 2022.


Fue Elsa M. Treviño quien supo de un sujeto que fingió ser monje durante meses para que le permitieran vivir en un vetusto y apartado monasterio italiano, con el fin de seguir la pista de un libro de sueños bizantino que sospechaba dormía el de los incomprendidos en su obscura y laberíntica biblioteca. Su hallazgo daría un giro a los estudios del italianismo medieval y hasta del hermetismo renacentista.

– No, no se llamaba Umberto Eco, pero llegó a ser académico honorable; famoso no, porque para serlo hay que extirparse las vergüenzas y venderlas y le daba mucho miedo pasar por el quirófano.

Todo lo que Elsa conocía es que nuestro pseudomonje halló dos manuscritos que eran traducción del griego al latín del ONEIROCRITICÓN de Achmet, en recreación de Leo Tuscus. En ellos se interpretaban los sueños como avatares vividos o por vivir en universos paralelos.

Elsa le contó esto a Eric, quien le confesó que él mismo había pensado convertirse en monje para huir del estrés y del mareo de los supermercados (su carrito encallaba siempre en la góndola de las salsas), y para buscar la simplicidad, la fraternidad y la iluminación. Sin embargo, como no creía en ningún dios tendría que fingir, y la hipocresía se le daba fatal. Además, no soportaba madrugones.

Lo sorprendente fue que Tío Yon, amigo de Elsa, indagó en el asunto y descubrió que aquel académico honorable había sufrido un aparatoso accidente arrollado por un patinete, como consecuencia había sufrido amnesia y no recordaba su verdadera condición de monje (por eso le fue tan fácil fingir serlo, pues creía simular hábitos que ya formaban su carácter).

Cuando el medievalista descubrió su pasado dejó la cátedra y regreso al recóndito monasterio. Consagró el resto de sus años a la oración, el análisis onírico y el estudio de la incubación de sueños. Él mismo desarrollo un método para recordar o prevenir sus otros avatares. 

Elsa jamás reveló su nombre, discreción que le honra.